Groenlandia, Cuba y Estados Unidos
¿Que relación existe entre estas tres naciones? Eso es precisamente lo que a lo largo de este artículo me propongo exponer.
Desde que el presidente Trump se hizo cargo de la Casa Blanca la política internacional se ha visto sacudida como por un terremoto. Ucrania ha pasado de ser agredida a culpable, Europa de ser aliada a convertirse en unos “gorrones”, o dicho de otra forma, parásitos del contribuyente norteamericano, el siempre fiel Reino Unido a ser ignorado. Gaza será un “resort” para millonarios y Groenlandia y Canadá se incorporarán a los Estados Unidos de América. No son invenciones del autor sino declaraciones de algunos miembros de la administración Trump.
¿Extravagancias de un presidente bocazas y fanfarrón o detrás de toda la hojarasca se oculta un plan con un objetivo?
Sin lugar a dudas la segunda opción es la correcta. Trump no da puntada sin hilo. Y aunque todo parezca los disparate de un presidente que se la va la pinza, nada más lejos de la realidad. Rusia ya no preocupa al presidente.
Ucrania y los territorios que Putin pueda arrebatar, desestabilizar o controlar con mando a distancia es un problema de los europeos y allá se las ventilen.
La OTAN ya no es un instrumento ni útil ni necesario para los Estados Unidos. Caerá como una pera madura y se liberarán recursos económicos, materiales y humanos.
China es el peligro emergente, el enemigo en el horizonte. Así que comencemos a mover las fichas y los peones para no despistarnos y vigilar a nuestra auténtica amenaza.
China no oculta su interés por Groenlandia y la ruta del ártico. Se ofreció a financiar aeropuertos y puertos en esta nación y conseguir zonas de explotación minera. Este hecho encendió las alarmas en Washington.
Escuchamos en los medios que Estados Unidos necesita a Groenlandia, que debe incorporarse a la Unión por “su seguridad”. No la de Groenlandia sino por la de Estados Unidos.
Recordemos que el presidente realizó unas declaraciones similares en 2019. Dinamarca entonces contestó que Groenlandia no estaba en venta.
Han pasado seis años y Donald Trump vuelve a la carga.
¿Qué ha pasado para que el nuevo inquilino de la Casa Blanca insista en que Groenlandia es una pieza clave en la seguridad de Estados Unidos?
Lo hemos mencionado, el creciente poderío chino, su intento de controlar materias primas esenciales y rutas comerciales.
Ambas potencias contemplan la isla blanca y ven recursos naturales valiosos e inexplorados y una enorme plataforma que da acceso a la ruta del ártico.
Esta riqueza mejorará a el nivel de vida de los groenlandeses y les reportará indudables beneficios, les sugieren al oído. Sin embargo el 90% de los habitantes son inuit con un renta per capita que se aproxima a los 60.000 dólares, casi el doble que la española. Por lo que sospechan que todos los cambios que les proponen modificarán su modo de vida, sus costumbres.
Estados Unidos afirma que su seguridad está amenazada. Resulta peligroso jugar con la seguridad de una superpotencia. Y si no que se lo pregunten a los ucranianos. Si miramos hacia oriente podemos comprobar qué ocurre cuando una nación con poder nuclear afirma que su seguridad está en peligro. El resultado fue la invasión de Ucrania con la bendición de China y Estados Unidos.
¿Invadirá Estados Unidos Groenlandia? En realidad esta nación tiene ya bases en la zona así que le basta con desplegar sus tropas.
Dinamarca ha sido un aliado fiel y respetuoso. Manifestar ese deseo de adhesión “urbi et orbi” fuera de los conductos diplomáticos resulta una tremenda descortesía por no calificarlo de forma más descarnada de “matonil” La visita del vicepresidente Vance es un comportamiento inelegante por no calificarlo de forma más dura de “provocativo” Sabemos que a los poderosos les importan poco las formas. Su máxima parece ser “might makes right”
A esta altura del artículo el lector se preguntará ¿que pinta Cuba en este “duetto”?
Cuba formó parte de la corona española durante 406 años. No obtuvo su independencia formal hasta 1902 y cuando la obtuvo no fue completa. Tuvo importantes limitaciones en su soberanía impuestas por los Estados Unidos.
A comienzos del XIX cuando Estados Unidos era todavía una potencia emergente realizó varios intentos de comprar la isla. Todos ellos sin éxito.
En 1854 en la ciudad belga de Ostende se proclamó un manifiesto ante los embajadores de la potencias europeas del momento por el que la administración norteamericana proclamaba su firme objetivo de hacerse con Cuba por compra o por conquista.
Posteriormente Estados Unidos realizó nuevas ofertas de compra todas ellas rechazadas por Madrid.
Cuba estuvo presente en el pensamiento geopolítico de todos los presidentes norteamericanos desde Adams hasta McKinley.
El final de esta historia es conocido. Estados Unidos declaró la guerra a España en 1898 y se apoderó de la isla, Filipinas, Puerto Rico.
Groenlandia, resulta obvio, no es Cuba ni estamos en el siglo xix. Sin embargo Estados Unidos ya mostró interés en la isla después de la segunda guerra mundial. Realizó una oferta al reino de Dinamarca de 100 millones de dólares. En 1951 firmó un tratado por el que Estados Unidos podía establecer un número de bases militares. En los años sesenta el ejército americano proyectó crear una red subterránea de misiles balísticos. Al final no se llegó a establecer y Dinamarca nunca dio su consentimiento.
Groenlandia tiene una enorme extensión de un territorio inhóspito y baldío que esconde tesoros supuestamente considerables. Su población supera en bien poco los 56.000 habitantes. Es una de las naciones más despobladas. Su cultura y tradiciones difiere bastante de la metrópoli.
En las últimas elecciones han ganado los independentistas moderados. Lo que significa que existe un deseo confesado de romper lazos con Dinamarca.
Modificar el pensamiento político de un grupo poblacional tan pequeño no parece que sea un tarea complicada. Los escrúpulos de los ecologistas y otros grupos anti-explotación de estas riquezas no son inquebrantables. No es solo cuestión de dinero sino de invertirlo de forma eficiente. Estoy seguro que los diseñadores de la campaña de Trump habrán trazado ya los planes para crear un estado de opinión favorable a romper amarras con Dinamarca y anexionarla a los Estados Unidos.
En Cuba el proceso desde la declaración pública de intento de anexión hasta la guerra del 98 se desarrolló en 50 años. Pero al final España fue expulsada de la isla. Tal vez en esta ocasión, en el caso de Groenlandia, todo vaya más rápido
Como he comentado más arriba si yo fuera un político danés con responsabilidades de gobierno tendría motivos para estar preocupado. Estudiaría con detenimiento la incorporación de Texas, Hawai, California a la Unión. Estudiaría el proceso de la independencia cubana y trazaría un plan realista a largo plazo.
“Might makes right” El poder define la ley.
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