He dudado mucho en incluir esta entrada en el blog. Sin embargo  al final me he decidido. ¿Qué pinta en un blog sobre medicina y humanidades una serie de opiniones del autor sobre las energías renovables, las nucleares o la amenaza de la Federación Rusa sobre Ucrania? 

Pues comencemos.

Putin nos ha enseñado los dientes pero también nos ha recordado una vieja lección. Nos la dieron los árabes hace muchos años cuando la guerra del Yom Kipur en 1967. La OPEP  se convirtió en un instrumento para hacer pagar a occidente su dependencia del petróleo y su ausencia de política energética. 

Durante  años Europa, Estados Unidos y el mundo industrializado tuvo que pagar mucho más por utilizar los combustibles fósiles, gas, gasóleo, gasolina. Todo ello llevó a generar una política de precios altos, inflación y crecimiento bajo. 

América tomó nota. 

A finales del siglo XX ya eran autosuficientes en producción de energía. No dependían ni del gas ruso ni del petróleo de los árabes.

Mientas en Europa y en el resto de occidente la izquierda, los verdes y demás movimientos ecologistas demonizaban las nucleares creando un estado de opinión tan potente que nadie quería centrales nucleares, excepto Francia.  

Estos movimientos fueron tan fuertes e infiltraron tanto la opinión de los ciudadanos europeos que los gobiernos suspendieron sus programas de creación de centrales nucleares. 

Las opciones que quedaban a mediados de los ochenta pasaban por el gas natural que para la izquierda era un recurso natural y no contaminante, el carbón un producto abundante en algunas partes de Europa pero contaminante, sucio y caro y finalmente la producción de energía mediante las renovables.

Las renovables en los primeros año, a excepción de la generación hidroeléctrica era testimonial y poco accesible por lo costosa. 

Poco a poco mediante subvenciones e investigación de materiales se consiguen placas solares más eficientes y menos costosas, aerogenerados potentes. Pero no es oro todo lo que reluce. Los molinos tienen un impacto en el paisaje y en las zonas rurales, no siempre sopla el viento y no se puede sembrar el país de molinos. Respecto a las placas, hay días en que las nubes impiden que el sol brille y el día es más corto, es decir hay menos horas de sol, cuando más lo necesitamos en invierno. Además el sol tiene la costumbre de desaparecer al atardecer hasta el día siguiente.

Energías renovables, sostenibles ¡perfecto! Pero pretender mover un país industrializado con renovables y que la energía sea barata es el cuento de la lechera o creer que “todo el mundo es bueno”

Pero ese es el cuento que los gobiernos y sus gobernados parece que se han tragado a lo largo de estos años de buenismo, ingenuidad o estupidez

Pensar que vamos a salvar el planeta es un pensamiento grandioso pero ¿por qué no salvamos al españolito de a pie de la angustia que supone llenar su depósito de gasóleo o la factura del gas o de la luz para mantener la casa caliente, de la angustia del recibo de la electricidad o del precio desorbitado de llenar el depósito de combustible de su automóvil? 

Mientras Putin rodea las fronteras orientales de Ucrania de soldados y máquinas de guerra y Alemania calla y tiembla. Sabe que si Putin cierra el grifo del gas su industria agoniza. Solo Francia que tiene autosuficiencia energética gracias a sus centrales nucleares se atreve a dialogar con Putin de tú a tú.

Segunda lección: La Unión Europa no existe. Europa es un parlamento lleno de burócratas bien pagados con estómagos llenos, cuentas bancarias jugosas y jubilaciones de lujo. Europa es irrelevante. El ministro de exteriores ruso ignora al Sr Borrell y lo trata como si fuera un escolar de primaria. Si hay una lección de esta crisis es que cada una de las naciones por separado hubiera tenido más peso que toda la política exterior europea junta. Aquí hemos visto claramente que la unión no ha hecho la fuerza. Porque realmente no hay Unión Europea. La “unión” es una ficción que solo existe en el papel y que los burócratas de Bruselas representan todas las mañanas como un actor representa un papel en una obra de teatro. Esos burócratas crean un laberinto de normas, protocolos para homogeneizarnos. Fracasó la constitución europea y el euro no ha fracasado porque ha sido y es un magnífico negocio para Alemania.

Pero además esa “unión” jamás existirá por muchos programas de Erasmus, leonardos o de integración se inventen

Podemos hacer meditación trascendental, salvar al planeta, crear un mundo sin CO2, no comer carne y alimentarnos solo de hierba. Ignorar la realidad no hará que las dificultades desaparezcan.

En el siglo XXI hemos conseguido no solo en el mundo occidental sino en todo el globo, unas tasas de mortalidad infantil jamás vistas a lo largo de la historia de la humanidad. Las expectativas de vida hoy en todo el planeta son las más altas jamás alcanzadas nunca. El hambre en el mundo se puede afirmar que está erradicada y si no lo está, en zonas puntuales,  es por culpa de gobiernos corruptos o ineficaces.

Aprendimos de los griegos a gobernarnos en libertad,  de los romanos el imperio de la ley que se aplica a todos por igual, del cristianismo que todos somos iguales sea cual sea nuestra religión raza, sexo o creencia, de la ilustración que es necesario separar el poder religioso del civil y que hay que compartimentarlo y separar el judicial del ejecutivo y del legislativo. 

Nosotros, los occidentales, con nuestras virtudes y nuestros defectos hemos sido responsables de que todas esas cosas buenas ocurran. Han sido nuestros valores, nuestra cultura y el trabajo de muchas generaciones los que han impulsado al mundo en una dirección mejor. Nuestro respeto a la vida, a la propiedad privada, al comercio, a la libertad, a la libre circulación de personas, ideas y bienes. 

¿Comparte Putin todos esos valores?


Comentarios

  1. No.
    Este señor es un tipo muy inteligente, a su vez un tiránillo que a su vez puede invadir cuando se lo proponga
    a sus próximos.
    El esta utilizando a Venezuela por los importantes recursos qu este país contiene, sobre todo el petróleo.
    Francia supo hacerlo bien, y nosotros los españoles, no queremos energía nuclear, y sin embargo les compramos.
    Todo un disparate.

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